UN TSUNAMI CONTRA EL TORO.

A veces uno no es consciente de la importancia de algunas cosas hasta que las pierde, o en éste caso hasta que el tiempo y una puta pandemia nos aleja de ello. Lo que parecía que iba a ser cuestión de días, que no iba a ir más allá de uno, dos o tres meses va camino del año, y lo peor de todo es que no terminamos de ver la luz al final del túnel. Casi un año desde que oficialmente “el bicho” se metió en nuestras vidas haciendo saltar todo por los aires, eventos, festejos taurinos, reuniones familiares…y a pesar de existir vacunas aún estamos sumando datos muy preocupantes. Todo esto me lleva a pensar que nada volverá a ser igual o al menos en un corto periodo de tiempo. Muchas familias rotas, muchas familias sin poder dar un último abrazo a uno de los suyos, muchos negocios cerrados, mucho autónomo acumulando deudas y sin recibir ninguna ayuda, muchas vidas quebradas…

Jamás hubiéramos imaginado que algo así podía pasar, nos sentíamos inmunes a las pandemias, cosas del pasado, pero no, no somos inmunes, y a la vista está nuestra debilidad. Y hablando de debilidad acabo acordándome de la tauromaquia. Si ya llevábamos un tiempo en que nos íbamos debilitando; si ya llevábamos algunos años en decadencia, dejando que los políticos jugaran con nuestros votos y nuestra afición; si ya llevábamos unos años viendo como los más poderosos del sistema hacían y deshacían a su antojo, sin importarles de verdad nuestros festejos; si ya llevábamos varios años en que la prensa no especializada nos ignora y trata de silenciar nuestra afición; si ya llevábamos varias generaciones que desconocen la tauromaquia y lo peor de todo, la vida rural; si ya llevábamos varios años siendo invisibles para una parte de la sociedad; si ya llevábamos unos años mostrando falta de unión entre todos los estamentos taurinos; si ya llevábamos unos años en que algunos toreros y profesionales desmerecían ciertos festejos taurinos populares en una maniobra poco inteligente; si todo esto era poco castigo y la bravura de nuestra afición podía con todo ello, nos llegó éste “demonio silencioso e invisible” de dudosa procedencia llamado Covid-19 para ponernos a prueba.

Difícil enemigo el que tenemos enfrente que amenaza con llevarse buena parte de la cabaña brava. Son muchos los ganaderos con “la soga al cuello” al no recibir ingresos; son muchos los ganaderos que aguantan como pueden sin ayudas públicas; son muchos los ganaderos que viven del festejo popular y no han visto ni un solo euro el pasado año; son muchos los ganaderos que organizan festejos populares, compran toros y vacas a otras casas ganaderas y se han visto con los cercados llenos y no pudiendo dar salida a ninguna res; son muchos los ganaderos que no soportarían otro año en blanco o casi en blanco, perdiendo dinero cada día, mandando sus toros, vacas, becerr@s al matadero por una mínima parte de los gastos.

Algunos han  echado el cierre, otros están cerca de hacerlo…quizá no somos del todo conscientes del peligro que corren muchas ganaderías y muchos festejos. Una importante disminución de ganaderías tendría consecuencias nefastas. Nos dejaría muchas familias sin ingresos, mayorales y vaqueros sin empleo; conllevaría una importante disminución de festejos taurinos al no existir reses para todos ellos, propiciando la desaparición de buena parte de ellos, tanto populares como de plaza que se celebran en nuestra piel de toro, y con lo difícil que es hoy en día recuperar festejos después de unos años de “sequía”…traería consigo una gran disminución de banderilleros, picadores, mozos de espadas… una  gran disminución de toreros y novilleros; una gran disminución de festejos sin picadores y novilladas, lo que cortaría de raíz la ya difícil situación de la “cantera” del toreo.

 

Ojalá se vuelva pronto a la normalidad y puedan darse todo tipo de festejos, ojalá todo quede en una falsa alarma, pero se nos acerca un tsunami que puede hacer tambalearse el mundo del toro. Y lo peor de todo es que a pesar de las trágicas consecuencias que esto tendría, cada estamento taurino va por su cuenta y ni aun así existe verdadera unión. A veces creo que no somos conscientes del poder que tenemos si nos mantenemos todos unidos, si todos juntos alzáramos la voz, si todos moviéramos ficha…la afición ya lo ha hecho en varias ocasiones, manifestaciones, recogidas de firmas…mientras, muchos profesionales despreocupados, como si no fuera con ellos. “Se hace camino al andar” y creo que es hora de que dejen sus diferencias a un lado, sus intereses, empiecen a dar el primer paso para iniciar un nuevo camino que consiga sortear la que se nos viene encima. 

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